domingo, 12 de abril de 2009

Hombre Necio que Esperas


Sentado en el dintel esperas como estrella,
regresar la ilusión que ha llenado tu vida,
del color ya maduro de la espera incesante,
y el verde taciturno del naufragado cielo.

Hombre necio que esperas la llama del embrujo,
acallando las voces del corazón marchito,
rebélate en el puerto de tus barcas perdidas,
abre grandes las puertas sembrando nuevas liras.

Jamás dejes entrar la sombra de la noche,
en tu recio estandarte ni en tu frágil cobija,
quítate las esposas que te amarran sedientas,
libérate en estruendos de agua verde marina.

Si la vida te llama para hacerte su amante,
respóndele sonriente que la has amado siempre,
dile que la esperabas para hacerla guirnalda,
que con miles de estrellas coronaras su frente.

Si acaso la esperanza nuevamente naciera,
o se atara a tu barca navegando sonriente,
abrázala con fuerza, acuéstala en tu almohada,
espárcele copihues borrando así la muerte.

Deja ya ese dintel, asalta ya la vida,
estrújala y abrázala como al alma fecunda,
recibe los regalos que del sol se desprenden,
acuéstate soñando y amanece en la fuente.

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