lunes, 26 de enero de 2009

Instantes


En este día efímero de efímera mirada
mi corazón perdido, me busca sin palabras
la efímera sonrisa de su opaca nostalgia
lanza besos efímeros, despojados de sabia

Esta efímera vida que nos acoge grata
nos entrega ilusiones que efímeras y raudas
se cobijan en cielos de efímeras mañanas
como ramo de flores efímeras y blancas

El canto de las aves de efímeras notas altas
van llenando los campos con efímera gracia
le ofrecen a los hombres como efímeras ráfagas
canción de tiempo nuevo de un camino sin ansias.

Yo quisiera tomarlo aunque efímero pasa
recorrer cada esquina que contenta me llama
con su voz tan efímera, como para alcanzarla
antes que nadie venga a ocupar mi morada.

Con mi lanza y mi escudo con duradera llama
combatir todo intento efímero que ataca
la razón de encontrarte, el amor de mi alma
con efímeros trinos, sin voz, con toda calma.

Los efímeros ojos que recorren el viento
efímero me trae perfumes de lavanda
acaricia mi pelo con su efímera palma
de mano de dulzura…!deliciosa nostalgia!

sábado, 3 de enero de 2009

Despiértate mi Niña


Despiértate mi niña porque llegó la aurora
Con su carga de luces, de nubes y rocío,
A asperjar la mañana y humedecer los párpados
Con la fuerza del viento que besará tu cara.

Despiértate mi niña, azul de luna llena
Te quedaste dormida bajo la luz de mis ojos
Que te alumbran cual lámpara de amor, como un suspiro
Cuando oyen tu cansancio romper la noche calma.

Despiértate mi niña que hace mucho que duermes
Ha llegado la aurora, el sol y la mañana
Ya los pájaros bailan su ronda de alegría
Los grillos silenciosos han bajado a su cama.

Despiértate que es día sin estrellas ni lunas
Ellos ya se marcharon a la casa del padre
A reposar su noche que inventó la tonada
Te meció con suspiros y te acunó con nanas.

Despierta pues la alondra se besó con el sol
La golondrina entona, entona una canción
Los zorzales trabajan picoteando la aurora
Y la torcaza ensaya alegre su pregón.

Despiértate mi niña que la flor ya se ha erguido
En su diáfano tallo buscando al sol naciente
El girasol se mira en el padre que crece
Detrás de la montaña para alumbrar tu frente.

Despiértate mi niña, despiértate sonriendo
Escucha ya los sones de la vida allá afuera
Al silencio lo ha roto el arcoiris luciente
Cuando abrazó a la tierra con su manto celeste.

viernes, 2 de enero de 2009

Efimeramente hablado


La efímera caricia que ellos dos se prodigan
Se enreda en esos cuerpos cual ráfaga de vida
En su efímero tiempo, la efímera delicia
Se suspende en el soplo del viento que los mima.

Los efímeros besos que surgen de sus labios
Como dos amapolas que se palpan los cuerpos
Son alados jacintos, violetas de las aguas
Momentos que se huelen con efímera prisa

Pensamientos efímeros les coronan la frente
Como suaves saetas les traspasan los ojos
Efímeros momentos del corazón que marca
Efímeros latidos, pulsaciones acompasadas.

El efímero paso con el cual dos se encuentran
Desvanece los momentos por correr más a prisa
Tratando de llegar más rápido a la cita
Los convierten en efímeras zancadas amarillas

El efímero pájaro en su efímero vuelo
Abre grandes las alas para alcanzar al viento
Que le lava las penas al compás del silente
Pulular incesante de un efímero beso.

El efímero beso, la efímera mirada
La efímera caricia, la efímera tonada
El efímero verso que ha alumbrado la jaula
Donde yace el efímero recuerdo de la amada.

Nada más que una efímera canción de medio día
los trasporta sonriendo por la arisca quebrada
En efímero vuelo quemó sus alas blancas
En el fuego infecundo de la efímera nada.

El movimiento efímero de las ramas verdeantes
En movimiento efímero, danzarinas osadas
Se restriegan contentas contra la brisa mansa
En efímeras caricia de la fresca alborada.

Esta brisa en perfumes de efímeras octavas
Invaden sus pulmones con efímeras plegarias
los inundan, los renuevan con su olor de guirnalda
Que cuelga de los brazos de las nubes más altas.

Nada más un efímero momento ellos quisieran
Navegar por el cielo, dibujar cien mil lámparas
Y que efímeramente alumbraran como hadas
El rincón olvidado que no veo en sus caras.

Cual golondrina negra de pechera muy blanca
En su efímero vuelo trazan líneas aladas
Se inclinan en la fuente bebiendo un sorbo de agua
Emprenden vuelo abierto, desaparecen raudas.

En el sonido efímero de las hojas en rama
Se deleitan como aves al llegar la mañana
En sus juegos efímeros piruetas como barcas
Se estremecen y cantan con efímeras pautas

Todo, todo es efímero, en efímero vuelo,
Con el que dos se juntan alabando a la vida
Salvo el amor inmenso del creador que llama
Abrazando a sus hijas…, coronando las almas.