domingo, 30 de noviembre de 2008

Mi Silencio

El silencio se hace tarde en mis entrañas,
me corroe por dentro,
me hace trizas la sangre.

El silencio es mi aliado predilecto,
anda rondando por los muro,
se agazapa en cada esquina de la casa.

El silencio en así,
se instala y se aclimata.
Trepa por las paredes
me mira frecuentemente
desde el techo.

El silencio es como yo:
Silencioso.

Gota de Lágrima

Cae, cae, cae, una gota: ¡Ting!, ¡Splach!, ¡Plum!
resbala por el vidrio de mi ventana
que mira hacia la cumbre y se desvanece.

No supe si era un ojo o la lágrima quien corría.
Adiviné los hilos cristalinos que la unían al parpado
pero se cortaron cuando traté de anudarlos a mi garganta.

Quise con ellos devolver la tristeza hacia los cielos,
olvidarme del agua que escurría descalza,
descansar del aliento de la tristeza indómita,
refugiarme en el hueco de las letras marchitas.

¡Ting!, ¡Splach!, ¡Plum!, raudas se despeñaron
corriendo por la vera enfrente a mis pestañas
liberándome, al fin, del dolor de estos ojos
que se abrieron al sol consumiendo el rocío
de mi eterna nostalgia